Ejemplo de como se potencia una tradición
En Valjunquera a mediados de enero, los pitazos intermitentes de unos tractores nos avisan que se aproxima la festividad de San Antón. Es un sonido muy peculiar que todos conocemos bien, y son los quintos, entre risas, los encargados de hacerlo sonar. Éstos, vienen con los remolques cargados de leña para elaborar la tradicional hoguera.
Por un instante los afortunados que los oímos o vemos pasar, sentimos esa envidia sana que nos transporta a nuestros años de juventud. Es añoranza sí, pero también alegría por los jóvenes de nuestro pueblo que acaban de cumplir los 18 años. Ese sentimiento es lo que hace que esta festividad sea tan especial.
El encendido de la hoguera simboliza el paso de la mocedad a la edad adulta y es sin duda un momento único que perdurará con nosotros a lo largo de nuestra vida. A continuación se inicia la subasta donde los quintos y sus amigos ofrecen los productos que los vecinos han donado para financiar la fiesta que discurrirá por la noche. Una fiesta que no siempre se ha celebrado.
Corría 1994 cuando el grupo de amigos de la Peña Invasión decidió que a San Antón para ser la fiesta de quintos le faltaba algo, y ese algo era por supuesto: Música. Así que tras consultarlo con sus padres (ya que si la fiesta iba mal deberían poner ellos el dinero) se arriesgaron a traer a “Los Marams”, un grupo que no estaba mal de precio y tenía buena pinta con el objetivo de pasar una noche de diversión. La ilusión de organizar algo para que todo el pueblo disfrutase pudo más que el miedo a fracasar.
La fiesta fue un éxito, aunque justo sacaron para pagar al grupo y las bebidas, pero ellos y los vecinos que acudieron se lo pasaron fenomenal, así que se sintieron más que satisfechos . Las peñas posteriores tomaron el relevo y apostaron por la continuidad de esta fiesta. En la actualidad los componentes de la peña Impacto son los encargados de organizarla y estamos seguros que los más jóvenes de nuestro pueblo recogerán el testigo para que podamos disfrutar de esta fiesta por muchos, muchos años.
Y así fue como a la tradicional festividad de San Antón se le sumó la alegría que siempre aporta la música, quedando instaurada en Valjunquera la fiesta de Quintos que conocemos hoy en día.
Este es solo un ejemplo de como con ganas e ilusión todos podemos modificar la historia de un territorio adaptándola a los nuevos tiempos. Valjunquera es un pueblo pequeño, pero con ferias, actividades o fiestas como esta, seguro conseguimos hacerlo más visible y atractivo al resto del mundo. Atraer población y mitigar la lacra de la despoblación que tan intensamente acecha a nuestra provincia es sin duda uno de los retos que tenemos los vecinos de la mayoría de las poblaciones de Teruel.